jueves, 22 de septiembre de 2011

Síndrome de Alienación Parental

Controversia

Antes de explicar qué es lo que se entiende por Síndrome de Alienación parental (SAP), me gustaría deciros que este “síndrome” no ha sido aceptado ni por la Organizcación Mundial de la Salud (OMS) ni por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), ambos son los pilares fundamentales de los psicólogos de cualquier especialidad y psiquiatras.
Tras haber presentado esta propuesta varios años para que fuera incluida en los manuales, siempre ha sido rechazada. Aún así, se utiliza en los juzgados como prueba viable para quitar la custodia a algún progenitor.
Entonces, si partimos de esta base, es comprensible el revuelo generado entre los profesionales de la salud mental y muchas madres, dado que muchos profesionales consideran que este “síndrome” tiene como finalidad y peligro enmascarar el abuso sexual infantil, lo que conlleva a que se descrea a los niños que declaran haberlo sufrido aunque sea con detalle y el miedo helándoles el cuerpo.

SAP

Se entiende por “Síndrome de Alienación Parental” el que el progenitor alienador “lave el cerebro” a su hijo para que no quiera verle ni tener ningún tipo de contacto con el otro progenitor. Gardner, su autor, distingue entre tres niveles: leve, moderado y grave.
Los hijos y familiares pueden desarrollar un odio patológico hacia el progenitor alienado, lo que provoca que la imagen que tiene el pequeño sobre el progenitor alienado se deteriore, difuminándose los sentimientos de orgullo o admiración hacia el progenitor.
Gardner considera este “síndrome” como una forma de maltrato infantil psicológico hacia el hijo.

Tratamiento según Gadner

Como hemos leído anteriormente, el resultado de este “síndrome” es que el niño no quiere ver a su progenitor alienado (normalmente el padre), por tanto, el mejor tratamiento según Gadner es obligar y forzarle a ver al progenitor alienado y, lo más recomendable, es un cambio de custodia.
Dado que el progenitor alienador influye negativamente en su hijo, es aquel que es alienado (el progenitor víctima) el que elegirá terapeuta, y por supuesto, qué mejor que aquel que ha diagnosticado SAP para tratar al hijo de este “lavado de cerebro. Debido a que lo que el niño ha declarado son las fantasías paranoides que comparte con la madre acerca del padre, por eso piensa que ha sido abusado.
Según Gardner, el terapeuta debe ser autoritario y coercitivo, en este tipo de terapia no existierá la confidencialidad médico – paciente. (El tratamiento es mucho más extenso y sorprendente)

Consecuencias

El grupo de defensores de la pederastia, es decir, aquellos quienes aseguran que mantener relaciones sexuales con un menor que no las desea es una opción sexual legítima, citan las palabras del mismo Gadner para defender su ideología:
  • “Hay algo de pederasta en cada uno de nosotros.
  • “Debe ayudarse al niño a comprender que en nuestra sociedad tenemos una actitud exageradamente punitiva y moralista respecto al abuso sexual contra niños.”
  • “Los niños son naturalmente sexuales y pueden iniciar encuentros sexuales seduciendo a un adulto.”
Existen casos en los que un progenitor arremete contra el otro, una pequeña minoría, pero son los psicólogos y peritos especializados los que deben decidirlo tras varios estudios. Por ello, se necesita formación especializada para saber cuándo un niño ha sufrido maltrato o abuso y cuándo es una  mentira, y esto es posible de demostrar pero hagámoslo basándonos en lo científico.
Bien, ahora la “pelota” está en tu campo y te toca decir o hacer algo con esta información.


Imágenes: prensalibre.com
Fuente: Wikipedia y citas de Gardner en:
Gardner, R.A. (1991). Sex Abuse Hysteria: Salem Witch Trials Revisited . Cresskill, NJ: Creative Therapeutics. (p. 118)
Gardner, R.A. (1992). True and False Accusations of Child Sex Abuse . Cresskill, NJ: Creative Therapeutics.(p. 572).
Gardner, R.A. (1986). Child Custody Litigation: A Guide for Parents and Mental Health Professionals. Cresskill, NJ: Creative Therapeutics (p. 93).

martes, 24 de mayo de 2011

Persuadir


persuadirA la hora de persuadir o convencer a los demás con nuestras palabras, la velocidad del discurso influye. Concretamente, investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) han comprobado que, independientemente de los argumentos, hablando a un ritmo de alrededor de 3,5 palabras por segundo convencemos mucho más a las personas que nos escuchan que si hablamos más rápido o más lento.

Para llegar a esta conclusión, José Benki y sus colegas del Instituto de Investigación Social estudiaron cerca de 1.400 entrevistas telefónicas realizadas por 100 hombres y mujeres que intentaban persuadir a sus interlocutores. Tras analizar parámetros como la fluidez, el tono, la velocidad y las inflexiones de la voz, encontraron que el principal parámetro a tener en cuenta es la velocidad. Así, las personas que hablan muy rápido se perciben como poco sinceras. Y a las que hablan demasiado lento se les considera poco inteligentes.

Otro factor a tener en cuenta a la hora de convencer a alguien o hacerle cambiar de opinión son las pausas. Los investigadores encontraron que hacer pausas cortas frecuentes era más eficaz que un discurso fluido. Hacer en torno a 4 ó 5 pausas cada minuto, normalmente en silencio, suena más natural.

Finalmente, según revelaron en la presentación del estudio durante la reunión anual de la Asociación Estadounidense para la Investigación de la Opinión Pública, los científicos descubrieron que demasiada inflexión en el tono suena artificial, como si nuestro interlocutor se estuviera esforzando demasiado. En cuanto al tono, los entrevistadores masculinos con voces graves resultaron ser más persuasivos. En las mujeres, sin embargo, los cambios en el tono de voz no parecían tener ningún efecto.

Elena Sanz
24/05/2011
Etiquetas:psicología, hablar, voz