martes, 19 de octubre de 2010

La Metodología Investigación Acción Participante

Si la tarea de investigar -y más aún, de investigar para la producción de conocimientos científicos-, es generalmente una acción colectiva, si en la gran mayoría de los casos implica participación, ¿en qué consiste la especificidad de lo que entendemos por investigación participativa?.

En América Latina, la investigación participativa no tiene una definición única. Lo que sí existen son líneas de pensamiento y de acción que confieren un sentido especial y distintivo a un gran número de realizaciones llevadas a cabo en la región a partir de los años ’60 y sobre todo de los ’70. No es posible indicar con precisión cuáles fueron las primeras experiencias de investigación participativa propiamente dicha. De hecho, es una concepción que se fue construyendo y sistematizando a lo largo del tiempo, cuyos antecedentes inmediatos se encuentran principalmente en las ideas de Paulo Freire, Orlando Fals Borda y Joao Bosco Pinto. Lo que caracteriza sustancialmente la investigación participativa en América Latina, no es la originalidad de sus técnicas, sino la significación política de sus proposiciones en el plano de la teoría y de la práctica. En las experiencias latinoamericanas, como regularidad, la investigación es entendida como parte de procesos más amplios, básicamente orientados a atender los intereses y necesidades de los sectores populares, a incrementar su capacidad de movilización y participación social y a contribuir al fortalecimiento de sus organizaciones (Gajardo, 1986).

Entre tales proyectos figuran propuestas vinculadas al desarrollo comunitario, a la educación de adultos, a la formación sindical, a la promoción de salud, al rescate y perfeccionamiento de tecnologías productivas, etc.


Dentro de este conjunto coexiste una heterogeneidad de planteamientos, pero -casi en su totalidad-, los proyectos comparten una visión radicalmente crítica sobre el estilo de desarrollo capitalista predominante en casi todas las sociedades latinoamericanas. Sobre la base de esta visión, se asume explícita o implícitamente el objetivo de transformar los procesos de investigación en componentes de un estilo de desarrollo alternativo, sustentado en la distribución equitativa de los recursos de la sociedad y la incorporación efectiva de los sectores populares a las esferas de decisión socio-política.


De este modo, las prácticas de producción y comunicación de conocimientos se consideran como una tarea esencialmente compartida entre actores sociales de distinto origen socioeconómico y cultural, consistente en el ataque a problemas definidos en función de necesidades concretas -no de su relevancia teórica-, asumiendo simultáneamente y con igual nivel de importancia objetivos de análisis y de transformación de la realidad. (Gajardo, 1984).


La investigación-acción es comprensiva, colaborativa y participativa; crea comunidades autocríticas, empieza con pequeños grupos de participantes, pero luego se va ampliando a medida que aumenta el interés por mejorar las acciones.


Dadas las características connaturales de los escenarios comunitarios, el investigador encuentra allí un espacio propicio para identificar temas y problemas inmediatos, comprenderlos, recrearlos y transformarlos. La vida comunitaria facilita el perfeccionamiento de capacidades investigadoras para identificar problemas, observar, registrar, interpretar información, reflexionar, experimentar, planear, evaluar y escribir.


Según Muñoz, Quintero y Munévar, 2001, p. 32, por medio del método, el investigador permanece en el terreno, hace observación participante, elabora diarios de campo y registros de sus observaciones, interactúa con las personas y actúa en un contexto natural; en la construcción del objeto de estudio, el investigador categoriza la información y da sentido a los lugares, los momentos y las acciones en el proceso mismo de la investigación.


Referencias Bibliográficas.

* Muñoz, J. F., Quintero, J. y Munévar, R. A. (2002). Experiencias en investigación-acción-reflexión con educadores en proceso de formación en Colombia. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 4 (1). Consultado en: http://redie.uabc.mx/vol4no1/contenido-munevar.htm.
* Muñoz, J. F., Quintero, J., Munévar, R. A. (2001). Cómo desarrollar competencias investigativas en educación. Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio.
* Gajardo, M. (1986), Pesquisa participante na América Latina, S. Paulo, Ed. Brasiliense.
* Gajardo, M. (1984), “Evolución, situación actual y perspectivas de las estrategias de investigación participativa en América Latina”, en Red Latinoamericana de Investigaciones Cualitativas de la Realidad Escolar, Cuadernos de Formación, Nº 1 (junio de 1984).
* Pazos, C. (2005). APUNTES SOBRE INVESTIGACION PARTICIPATIVA. Una revisión de antecedentes, proposiciones políticas y de metodología. Consultado en: http://www.inia.org.uy/online/files/contenidos/link_05062006103256.pdf